Carezco de muchas cosas: de la prudencia que me haría sospechosa ante de mí misma; de la ligereza para el insulto que algunos les sale tan fácil; de la habilidad para fingir amores que no siento; de la confianza en quienes suponen que la vida se mide en cuanto tenemos; de la destreza para odiar a los que son diferentes; de la pedantería de las mujeres que se creen únicas; de la capacidad para las emociones intrascendentes. De todo eso y mucho más carezco y no quiero dejar de carecer.
Las letras que escribo son los susurros de mis pasiones. Son las calles por las que transito... y caigo... y vuelvo a levantarme. Y sonrío... y se me mojan las ojeras. Y vivo... y sobrevivo aunque nade contracorriente. Mis letras son los adoquines de mi soledad en voz baja. Ellas dicen lo que mi boca no se atreve. Yo escribo con la única tinta que tolero, la de la pasión.
Yo soy mi propia voz...
domingo, 3 de noviembre de 2013
Carencias
Carezco de muchas cosas: de la prudencia que me haría sospechosa ante de mí misma; de la ligereza para el insulto que algunos les sale tan fácil; de la habilidad para fingir amores que no siento; de la confianza en quienes suponen que la vida se mide en cuanto tenemos; de la destreza para odiar a los que son diferentes; de la pedantería de las mujeres que se creen únicas; de la capacidad para las emociones intrascendentes. De todo eso y mucho más carezco y no quiero dejar de carecer.
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