Lágrimas

Suelo decir que mi mamá no murió; que más bien como Remedios La Bella simplemente subió al cielo. Mami me dejó en herencia muchas cosas: la capacidad para hablar con todo el mundo y ponerme en sus zapatos, la habilidad para encontrar una palabra amable para quien la necesite, la manía de jamás salir de mi casa sin zarcillos y sin la boca pintada, la pasión por los zapatos y una lámpara de lágrimas de cristal que cuando la enciendo me recuerda que los ojos azules de Mami iluminaban la vida de muchos.