Las letras que escribo son los susurros de mis pasiones. Son las calles por las que transito... y caigo... y vuelvo a levantarme. Y sonrío... y se me mojan las ojeras. Y vivo... y sobrevivo aunque nade contracorriente. Mis letras son los adoquines de mi soledad en voz baja. Ellas dicen lo que mi boca no se atreve. Yo escribo con la única tinta que tolero, la de la pasión.
Yo soy mi propia voz...
domingo, 15 de diciembre de 2013
Hace quince años…
¿Dónde, dónde, dónde está la “patria querida”?
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